Análisis

Lo que Brokeback Mountain trajo al cine actual

Para muchos en los que en su momento vieron la película, y también para muchos de los que la ven en la actualidad, Brokeback Mountain es la historia de amor gay más conmovedora de todos los tiempos. Curiosamente, aunque es la historia de un amor homosexual, realmente no se considera una película gay, ni de ambiente, ni que hable sobre el sexo entre hombres; para por una historia romántica a la antigua usanza, de esas que sólo se leen en las novelas y que en ocasiones son llevadas al cine para deleitar el espíritu romántico del público. ¿Y sabes qué? Realmente se ha convertido en todo un mito precisamente en eso.

Más de 14 años después de su estreno, no se puede decir que el film de Ang Lee haya perdido su encanto ni mucho menos, porque sigue siendo un referente no sólo para la parte comercial del cine que aún sigue recibiendo beneficios por ella, sino también para su director y para sus dos protagonistas, aunque tristemente uno de ellos (Heath Ledger) no se encuentre ya entre nosotros. La película estará en el currículo de todos los que participaron en ella brillando como la joya que es, a pesar de que los Oscars no fueron precisamente amables con ella. Pero, aún así, el apoyo del público y la crítica no dejaron de ser muy fuerte.

Y es que es difícil encontrar una película sobre homosexualidad que no nos sepa un poco a porno, la verdad. Estamos acostumbrados a que cuando un film se refiere a la sexualidad, acabemos viendo escenas xxx que, aunque se declaren necesarias para el guión, no siempre lo son. Además, hechos al porno gay que realmente está adquiriendo mucha fama en internet, en una nueva época liberal en la que ya no se esconde ni se oculta, no se nos ocurre pensar que una historia del amor entre dos hombres pudiera tocar el corazón y, además, no ser considerada como una peli de maricas, para empezar.

¿Y por qué Brokeback Mountain tiene estas peculiaridades? Pues no es fácil dar una sola razón, quizá no la haya, y al final se encuentre en varias. Por ejemplo, puede ser que el estar basado en un relato haya hecho que el guión fluyera más fácilmente hacia el lado espiritual de la historia, más que el carnal. Después, a pesar de que el equipo técnico nunca se había enfrentado a un tema similar, tuvo la suficiente habilidad como para tratarlo de la manera exacta para que llegara a un gran abanico de público, cosa que no siempre es fácil; además, los bellos paisajes naturales donde se hicieron las grabaciones desde luego fueron un buen complemento para la historia, dando la impresión de que sólo en los altos picos de aquellas solitarias montañas, el amor entre los dos protagonistas podía estar a salvo de miradas y también de críticas.

Y, como digo, aunque esta es mi opinión personal, no se puede dejar de lado a sus dos actores protagonistas, que llevaron el peso de la historia, aunque no se pueda dejar de lado a las dos actrices que fueron sus antagonistas. Todos jóvenes promesas del cine de Hollywood, como lo han demostrado poco tiempo después, supieron meterse en sus papeles de forma magistral. Y si bien ellas hicieron un estupendo papel pasando de papeles cómicos que habían interpretado en sus carreras para llegar a estos personajes con una gran carga dramática, fueron ellos los que brillaron con su actuación. Ni Heath Ledger ni Jake Gyllenhaal habían protagonizado hasta el momento ningún film de verdadero drama, ni tampoco eran gays ni habían tenido ningún acercamiento al mundo homosexual. Y, sin embargo, ambos fueron creíbles en la pantalla, juntos o por separado, creando uno de los tándems románticos más inolvidables de todos los tiempos.